miércoles, 20 de junio de 2012

Capítulo 2


  Un escalofrío recorre mi espalda y llega hasta mi cuello. Mientras tanto Nicky repite mi nombre una y otra vez para que suba al escenario. Empiezo a avanzar hacia el escenario, cuando recuerdo que debo ser fuerte, entonces cojo aire y levanto la barbilla, luego camino con paso firme al escenario. Nicky me da la mano y me ayuda a subir, luego me coloca en el podio y pide un aplauso, pero como es normal en las cosechas nadie aplaude , solo guardan silencio. Entonces Nicky se dirige a la urna de los chicos y saca una papeleta, entonces lee el nombre.

- Aaron Fellon.
Es el , es el hermano de mi miga Sarah. Pienso en ella, en como debe estar sintiéndose ahora mismo, sabiendo que no volverá a ver a su mejor a amiga, a su hermano, o lo que es más probable, a ninguno de los dos.
Entonces veo a Aaron, en sus ojos se puede ver que está terriblemente asustado y nervioso, probablemente también piense que esa es la última vez que verá la plaza de su distrito.
Entonces Nicky lo trae junto a mí y nos pide que nos demos la mano. Yo le tiendo mi mano y el responde con un gesto sin energía, se nota que está demasiado triste como para malgastarla, pero sabe que la va a necesitar muy pronto, en la arena. Los agentes de la paz nos escoltan hacia  el edificio de justicia.
Nunca había entrado aquí, es un edificio enorme, sus paredes son de mármol y sus suelos son del blanco más resplandeciente que se pueda imaginar. Pasamos por delante de seis cuadros cada uno con una foto de los tributos del distrito cinco que han salido ganadores en los juegos, solo cuatro siguen vivos. Pasamos delante del cuadro de Dalia , en la foto aparece joven, su pelo de color negro contrasta con sus ojos verdes y su piel está cubierta de pecas.
Me encierran en una habitación y me ordenan que espera, sé que ahora vendrá mi familia a despedirse de mí. Las paredes son de color granate y en el centro de la pared que hay frente a mí hay un cuadro de nuestro distrito,el cual está situado en una zona que antes llamaban Wyoming.Los sillones en los que estoy sentada son de terciopelo de color granate, al igual que la pared y la puerta es de madera, creo que de pino.
En ese momento entran Peter y Alice que vienen corriendo a abrazarme, después entran mis padre me abrazan y todos se sientan en los sillones restantes. Mis padres me observan durante un minuto después interviene Alice.
- ¿Vas a ganar verdad?- su voz es dulce y melodiosa, pero ahora es débil.
- Lo intentaré - repondo, aunque sé que es muy poco probable que lo consiga, hay que contar con los tributos profesionales del distrito uno, del dos y del cuatro.
- No, lo harás - dice Peter. Parece increíble que un crío de ocho años pueda tener tanta determinación.
- Eres lista- dice Alice. La verdad esque lo soy, y mucho aprendía a hablar con solo nueve meses y con ocho sabía caminar, se me dan bien los problemas y se manejar muy bien las situaciones complicadas.- más lista que ellos, además eres ágil, sabes hacer fuegos. Tu único problema son las armas, ¿pero eso se puede solucionar no?
 - Claro que sí - interviene mi madre- y más con esto.
 Me entrega una piedrecita de color azul, pesa muy poco pero es tan brillante que pienso que podría iluminar una habitación con ella, era de mi abuela, lo se porque a veces la llevaba en el cuello.
 - Gracias- susurro - aunque no creo que la merezca.
-Claro que la mereces y más ahora.
Una lágrima intenta escaparse de mi ojo, pelo la contengo, no puedo dejarle salir.
Entra un agente de la paz y les obliga a marcharse. Todos me abrazan, primero Peter, luego mi madre, después Alice, a la que mi madre tiene que separa de mí y finalmente mi padre.
 - Hija, vigila tus espaldas, te estaremos esperando.
- Lo haré papá, te lo prometo.
Se van.
Me quedo solo un minuto. Entra Sarah, se nota que ha estado llorando, supongo que se habrá despedido de su hermano. Me abraza con tal fuerza que casi me caigo y la obligo a sentarse en un sillón.Me da mucha pena Sarah, sabe que no volverá a ver a una de las personas que más quiere, o tal vez a dos de ellas. Aunque sé que en el fondo prefiere que viva su hermano y yo muera.
- Brooke, por favor prométeme que le ayudarás
- Lo haré le digo, aunque sé que será difícil porque los profesionales estarán acechando siempre, a cualquier hora, en cualquier lugar.
- Los sÉ pero lo intentarás ¿no?- se derrumba y empieza a llorar.
- Claro, ¿por quién me tomas?, no soy una insensata.
- Brooke, te quiero, eres mi mejor amiga .
- Claro que me quieres, y yo a ti, si no, ¿crees que estaría aquí diciendo que protegeré a tu hermano aunque el tenga dos años más que yo y lo más probable es que sobreviva más tiempo que yo?
Entonces me vuelve a abrazar, esta vez es un abrazo con cariño , que demuestra que realmente somos la mejor amiga que cada una podría tener.
- Que sepas que estoy deseando ver el desfile.
- ¿ Y eso? - pregunto yo .
 - Para ver el ridículo traje que te ponen- dice ella con una sonrisa burlona.
- Será espantoso creme.
En ese momento entra un agente de la paz y se la lleva, pero antes la oigo decir. << Y que la suerte esté siempre de vuestra parte>>. Casi lloro, esa frase trae demasiados recuerdos felices consigo, las risas imitando al capitolio y que cada vez que ella me veía sin camiseta decía << Felices juegos del hambre, y que la suerte esté siempre, siempre se vuestra parte >> debido a mi estado anoréxico por la falta de comida. 
Entran dos agentes de la paz y me escoltan hasta un coche situado en la puerta que nos llevará directamente a la estación, donde cogeremos un tren hasta el capitolio, donde nos pintarán, y arreglarán hasta que seamos irreconocibles.

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